Ecologías ventrílocuas: conectando Siberia y Amazonia

From the Series: Alterecologías

“Sociedad de animales”. Extraído de: Lévi-Strauss, Claude (1964) El pensamiento salvaje. México, Madrid: Fondo de Cultura Económica. Pp. 128-29. Ilustración: Gangel, Metz. Caricatures. Paris: Musée National des Arts et Traditions Populaires, Cat. N08 50-39-2583.

Al final de una larga conversación sobre la forma en que las personas interactúan con el bosque, José, un anciano del pueblo ticuna (amazonia colombiana), me dijo: “el bosque es lo que nos mantiene unidos a nosotros y a todos los espíritus”. La importancia del entorno o el paisaje en la configuración de las relaciones entre humanos y no humanos ha sido ampliamente discutida (Anderson 2000; Anderson 2014; Berkes 2008; Stepanoff et al. 2017). Aquí, me pregunto cómo puede el paisaje, en tanto que ecología de trasfondo, actuar como una forma de elicitación etnográfica y como conector entre mundos tan distantes como Siberia y Amazonia.

Durante muchos años he trabajado con los Dukha, una comunidad nómada de pastores/cazadores de renos del sur de Siberia. En ese contexto me he centrado en la etnografía de las relaciones entre humanos y animales, analizando los rituales de pastoreo y caza y los conceptos indígenas de lo doméstico y lo salvaje. Sin embargo, no fue hasta el final de mi investigación cuando me di cuenta de que el paisaje era, en sí mismo, uno de los elementos más importantes que regulaban las relaciones entre personas humanas y no humanas (Kuçukustel 2021).

Una mujer Dukha haciendo ofrendas a los espíritus de la tierra con té. El papel de los espíritus de la tierra es vital tanto en Siberia como en la Amazonia.

Los Dukha viven en un entorno/paisaje conocido como “taiga”, donde de árboles coníferos componen los llamados bosques boreales. La taiga se considera como entidad viva que interactúa con los Dukha y con los espíritus. Algunas montañas o ríos albergan a dueños o espíritus locales a los que las personas deben hacer ofrendas. Otras áreas son propiedad de espíritus ancestrales que las personas deben visitar periódicamente, incluido un árbol sagrado que está vinculado a cada familia. Ese paisaje está, además, lleno de recuerdos, ya que los Dukha han vivido muchas experiencias en cada valle o rincón de su geografía. La taiga es tanto su tierra natal como el contexto en el que continúa su linaje familiar. Se trata, entonces, de una geografía sagrada que define quiénes son. En la taiga, los Dukha se sienten en casa. Todos los no humanos que viven ahí son considerados como vecinos o incluso como parientes con los que compartir un hogar.

Tras más de una década trabajando sobre Siberia, en 2023 inicié una nueva investigación con trabajo de campo en la Amazonia colombiana. Allí encontré una inesperada sensación de familiaridad, a pesar de estar en un rincón geográfica y culturalmente muy distante de la taiga siberiana. Uno de los puntos que conectan las regiones de Siberia y la Amazonia son las discusiones y teorías antropológicas sobre el animismo y sobre las relaciones entre humanos y no humanos (Hallowell 1926; Ingold 2000; Viverios de Castro 1998; Descola 1994). La literatura etnográfica revela algunos paralelismos entre los pueblos indígenas de ambas regiones, especialmente en lo que concierne a la atribución de personalidad, agencia y subjetividad a animales, plantas, objetos y otras entidades no humanas (Hugh-Jones 2012).

Durante mi primera visita a las aldeas, me hospedé con una pareja de ancianos que vivían al borde de la selva. Nuestras conversaciones giraban principalmente en torno a la vida cotidiana y las costumbres locales. Cuando trataba de orientar la discusión hacia su relación con el paisaje y sus (por mi presumibles) perspectivas animistas, me resultaba muy difícil obtener respuestas detalladas. Una noche, durante la cena, les pregunté si había alguna zona sagrada en el bosque, o si determinados árboles o animales tenían un significado especial. Su respuesta fue un simple, “no”.

Quienes hacemos etnografía sabemos que la falta de respuesta o una respuesta negativa no siempre indica una falta de conocimiento o una negación absoluta. Nuestras interlocutoras en campo pueden tener un amplio conocimiento sobre un tema, pero es posible que necesiten que se cumplan determinadas circunstancias para alentarlas a expresar ciertas ideas (Barton 2015). Es por eso que traté de hacer la pregunta de diferentes maneras. Finalmente, cuando comprobé que ninguna de mis preguntas surtía efecto, terminé desistiendo.

Unos días más tarde, durante una cena y sin ninguna motivación en especial, les conté una anécdota de mi trabajo de campo en Siberia. Se trataba de una montaña famosa en la región que se sabe que alberga un espíritu enojado. Allí, los Dukha necesitan pedir permiso a los espíritus para ingresar en el área de la montaña. Para mi sorpresa, mientras hablaba, noté que mis interlocutores de la Amazonia me escuchaban con gran atención. En el momento en que terminé, me dijeron excitados que tenían muchas historias similares entre los ticuna. Un viejo me contó, por ejemplo, una historia sobre su abuelo, que era un buen cazador. Su abuelo desapareció en un largo viaje de caza después de pasar por una zona del bosque llamada “colina de los pájaros sabios”. Los ticuna dicen que se convirtió en un pájaro. A lo largo de toda la noche, me contaron diversas historias similares y me preguntaron si tenía algo más que contar.

Mis historias de Siberia se revelaron como una excelente manera de abrir conversaciones sobre personas no humanas en la Amazonia colombiana. Como afirma Barton (2015), las entrevistas directas pueden causar en ocasiones ansiedad a los encuestados, porque pueden no estar seguros de lo que el investigador está preguntando realmente o de lo que se espera de ellos. Sin embargo, las técnicas de elicitación que buscan un formato de conversación más informal pueden reducir los desequilibrios de poder y algunos malentendidos entre entrevistadores y entrevistados.

Las entrevistas en ciencias sociales son eventos comunicativos que involucran normas de conducta culturalmente específicas (Briggs 1986). Aunque no me lo había propuesto, lo que conseguí con los ticuna fue usar mi comprensión del contexto por analogía con otro contexto para posibilitar una “elicitación de co-construcción”, es decir, un intercambio donde la entrevistadora sugiere posibles respuestas basadas en su conocimiento previo (o análogo) del tema (Dick 2006). Aunque todavía no tenía suficiente conocimiento sobre el contexto amazónico, mi conocimiento de Siberia sirvió para el propósito de elicitar historias sobre las relaciones entre humanos y no humanos en mi nuevo contexto de trabajo de campo.

Si bien la recolección de historias indígenas es un método de investigación ampliamente utilizado, después de esta experiencia también decidí contar historias yo misma, además de escucharlas, y así utilizar una cierta “ventriloquía” socioecológica. Esta ventriloquía era una forma de hacer hablar al animismo amazónico a través del animismo siberiano, y viceversa. Como el muñeco que se expresa con la voz del ventrílocuo, la taiga siberiana y sus historias sirvieron para canalizar y elicitar ideas clave de la socioecología ticuna. Ambas ecologías parecían infinitamente distantes y a la vez profundamente conectadas. Eran la taiga y la selva tropical quienes conversaban. Las demás formábamos parte de una ventriloquía más-que-humana, y todas escuchábamos.

Referencias

Anderson, David G. 2000. Identity and Ecology in Arctic Siberia: The Number One Reindeer Brigade. Oxford: Oxford University Press.

Anderson, E. N. 2014. Caring for Place: Ecology, Ideology and Emotion in Traditional Landscape Management. London: Routledge.

Barton, Keith C. 2015. “Elicitation Techniques: Getting People to Talk About Ideas They Don’t Usually Talk About.Theory & Research in Social Education 43, no. 2: 179–205.

Berkes, Fikret. 2008. Sacred Ecology. Third ed. London: Routledge.

Briggs, C. L. 1986. Learning How to Ask: A Sociolinguistic Appraisal of the Role of the Interview in Social Science Research. Cambridge: Cambridge University Press.

Descola, Philippe. 1994. In the Society of Nature: A Native Ecology in Amazonia. Cambridge: Cambridge University Press.

Dick, Hilary Parsons. 2006. “What to do with “I Don’t Know: Elicitation in Ethnographic and Survey Interviews.Qualitative Sociology 29 no. 1: 87–102.

Hallowell, A. Irving. 1926. “Bear Ceremonialism in the Northern Hemisphere.American Anthropologist 28, no. 1: 1–175.

Hugh-Jones, Stephen. 2012. “Foreword” In Animism in Rainforest and Tundra: Personhood, Animals, Plants and Things in Contemporary Amazonia and Siberia, edited by Marc Brightman, Vanessa Elisa Grotti, and Olga Ulturgasheva. Oxford: Berghahn Books.

Ingold, Tim. 2000. The Perception of the Environment: Essays on Livelihood, Dwelling and Skill. New York: Routledge.

Küçüküstel, Selcen. 2021. Embracing Landscape: Living with Reindeer, Hunting among Spirits in South Siberia. Oxford: Berghahn Books.

Stépanoff, Charles, Charlotte Marchina, Camille Fossier, and Nicolas Bureau. 2017. “Animal Autonomy and Intermittent Coexistences: North Asian Modes of Herding.Current Anthropology 58, no. 1: 57–81.

Viveiros de Castro, Eduardo. 1998. “Cosmological Deixis and Amerindian Perspectivism.Journal of the Royal Anthropological Institute 4, no. 3: 469–488.