Fricción multiespecie

From the Series: Alterecologías

“Sociedad de animales”. Extraído de: Lévi-Strauss, Claude (1964) El pensamiento salvaje. México, Madrid: Fondo de Cultura Económica. Pp. 128-29. Ilustración: Gangel, Metz. Caricatures. Paris: Musée National des Arts et Traditions Populaires, Cat. N08 50-39-2583.

Un perro ataca a una tortuga marina que arriba para desovar sus huevos al litoral del Parque Nacional Lagunas de Chacahua (Oaxaca). El perro muerde la aleta de la tortuga y la hiere, causando su muerte. Los medios locales publican la noticia en redes sociales e instan a la comunidad, especialmente a los dueños, a vigilar y controlar a sus canes manteniéndolos amarrados o encerrados. Las tortugas marinas que arriban a este Parque Nacional (de las variedades golfina, prieta, y laúd) son identificadas a nivel federal y global como una especie en peligro de extinción. Inversamente, los perros son presentados como una especie peligrosa, exótica e invasora (CONANP 2022; SEMARNAT 2014), una especie que dentro de la “naturaleza” parece estar fuera de su contexto. En un momento donde el desarrollo turístico al interior del parque impone sus infraestructuras y promueve la liberación de tortugas como estrategia para su futura supervivencia, esas categorizaciones se despliegan como parte de una administración biopolítica para la conservación y gobernanza de sus poblaciones (López 2019).

Las relaciones ecológicas entre individuos de especies distintas han sido abordadas por la ciencia hegemónica desde una ontología neoliberal y militarizada (Hustak y Myers 2023) que piensa en la “fauna silvestre” como un recurso o “capital natural” (Retana 2006). Esta producción y uso del conflicto entre especies, especialmente cuando una de ellas es carismática y se encuentra en peligro de extinción, sirve como estrategia de legitimación de la guerra para erradicar a la fauna disidente. “Durante la pandemia,” me cuenta Facu, un trabajador de la isla, “desaparecieron a muchos perros, se los llevaron y no se supo a dónde”.

Las fricciones de tortugas y perros en el Parque Nacional Lagunas de Chacahua. Fotografía de Campamento Tortuguero Bahía de Chacahua.

En este enredo de especies, instituciones y desarrollo turístico, el término fricción multiespecie es una alternativa para cuestionar la universalidad de las estrategias de conservación que presentan como necesarias e inevitables la implementación de acciones militarizadas para la administración de poblaciones alter-humanas. Los usos autorizados y especistas que confeccionan un ordenamiento externo de la noción de especie y sus calificativos (invasora o en peligro) funcionan como tecnologías para la producción de una “guerra” entre animales (Wadiwel 2015). La fricción, en contraste, señala el carácter productivo antibelicista y no-militarizado de nuevas posibilidades relacionales entre especies pretendidamente antagónicas.

La época actual, definida por algunxs como Capitaloceno, deriva de una idea y gestión de la naturaleza como entidad que debe trabajar gratuitamente (Moore 2020). Frente a esto, existe la urgencia de pensar alternativas ecológicas al paradigma dominante, alternativas que nos lleven a otras posibles conexiones y modos de conocer. Una de esas alternativas nos la ofrece Anna Tsing (2021), quien piensa en la fricción como aquello que hace posible la conectividad global a través de encuentros basados en la diferencia cultural. Así, por ejemplo, la especificidad que toma el turismo y la conservación de especies en Chacahua responde al modo concreto en que el capitalismo se instala en la isla. En física, la fricción se define como una fuerza que se opone al movimiento relativo entre dos cuerpos en contacto y sirve para pensar tanto en fuerzas a superar para comenzar a moverse (estática), como en aquellas que actúan sobre dos cuerpos en movimiento relativo (cinética). En geografía, la fricción remite a las dificultades que impone la distancia en desplegar la oferta de bienes y servicios (Delgado 2003).

La fricción multiespecie dirige la atención hacia las complejidades de la distancia entre culturas y del movimiento de especies en el espacio: una estática muy poderosa ralentiza el movimiento, pero su ausencia hace que las cosas se caigan por la pérdida de estabilidad. La fricción es una manera de pensar en una cultura más-que-humana del movimiento ecológico y sensible de los animales, sus proyectos creativos y sus formaciones naturoculturales. Esta perspectiva manifiesta un compromiso con el desmantelamiento de la categoría de especie con valor abstracto y universal, que vuelve ilegibles las disputas concretas de poder por el control práctico y epistémico de sus vidas y relaciones. La fricción multiespecie no niega el conflicto entre especies, pero alerta sobre la prisa con que éste aparece como explicación única de toda interacción que no sea favorable para una de las partes. El conflicto no surge de manera espontánea, sino que tiene una génesis procesual: la fricción va primero y no todo antagonismo deriva ni termina necesariamente en conflicto.

Los conflictos pueden ser propiciados en primer lugar por otros humanos, que, no obstante, no se nombran como tales. Durante décadas, la extracción de huevos y la pesca diezmaron las poblaciones de tortugas. En los cincuenta, el gobierno impulsó el primer matadero de tortugas en la playa de Mazunte, capturando unas 500 toneladas de cuerpos de tortuga al año, dando lugar a una crisis que llevó a suspender la práctica en menos de dos décadas (Early 2010). En realidad, desde los años veinte ya se habían promovido estrategias de protección de los nidos y la pesca, pero no es hasta los años sesenta y finalmente en los noventa cuando la veda de la pesca y la recolección de huevos se vuelve “absoluta” e ilegal (Early 2010; Márquez 2003).

Pero la cultura no siempre respeta los decretos o normas. En Chacahua, las poblaciones locales continúan comiendo huevos de tortuga y en ocasiones sus cuerpos-carne. En la zona turística los huevos son un tabú, pero uno siempre puede atreverse solicitarlos como experiencia exótica. Para los locales, sin embargo, los huevos se recolectan y se llevan a las cantinas locales donde los cocinan y ofrecen como botana a sus comensales. También hay posibilidad de comer la carne de tortuga, especialmente valorada en fiestas políticas o religiosas. Algunas “tienen poca carne”, me dice “el Nene” dueño de unas cabañas al interior del parque, “por eso hay que pescar varias: acá atrás…”, señala con la mano a espaldas suyas, “hay un cementerio de tortugas con un montón de caparazones amontonados”.

La fricción permite pensar en quiénes son los responsables del conflicto, pero también en procesos alternativos para nuevas y cooperativas ecologías. Los perros son tal vez “responsables” de las muertes que causan, pero la extinción de las tortugas responde a fuerzas humanas mayores. Así, el Nene me dice indignado: “culpan a los perros porque ellos no dicen nada, pero se hacen de la vista gorda cuando viene alguien por huevos. ¿Cuántos se puede comer el perro? ¿Treinta? Esos cabrones vienen y se llevan decenas o más, cubetas llenas.”

Agradecimientos

Este artículo tiene como base una investigación en curso, en el marco de una estancia posdoctoral en la Universidad Nacional Autónoma de México. Agradezco el apoyo del Instituto de Geografía y la universidad, así como el aporte de todos mis colaboradores, humanos y más que eso, por fortuna.

Referencias

Ávila Gaitán, Iván D. 2013. De la isla del Doctor Moreau al planeta de los simios. La dicotomía humano/animal como problema político. Bogotá: Ediciones desdeabajo.

Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas. 2022. Programa Nacional de Conservación de Tortugas Marinas. México: Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas.

Delgado Mahecha, Ovidio. 2003. Debates sobre el espacio en la geografía contemporánea. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.

Early Capistrán, Michelle M. 2010. Voces del oleaje: ecología política de las tortugas marinas en la costa de Oaxaca. Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.

Hustak, Carla, y Myers, Natasha. 2023. Ímpetu evolutivo. Afectos y conversaciones entre plantas, insectos y científicos. Argentina: Cactus.

López Barrios, Josué I. 2019. "Gubernamentalidad de la conservación: biopoder y tortugas marinas en México". Revista Latinoamericana de Estudios Críticos Animales VI, vol. II.

Márquez, René. 2003. Las tortugas marinas y nuestro tiempo. México: Fondo de Cultura Económica.

Moore, Jason. 2020. El capitalismo en la trama de la vida. Ecología y acumulación de capital. Madrid: Traficantes de sueños.

Retana Guiascón, Óscar. 2006. Fauna silvestre de México. Aspectos históricos de su gestión y conservación. México: Fondo de Cultura Económica.

Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. 2014. Programa de Manejo Parque Nacional Lagunas de Chacahua. México: Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

Tsing, Anna. 2021. Fricción. Una etnografía de la conectividad global. Barcelona: IF Publications.

Wadiwel, Dinesh. 2015. War Against Animals. Leiden, The Netherlands: Brill.