Una ecología intermediada yukpa

From the Series: Alterecologías

“Sociedad de animales”. Extraído de: Lévi-Strauss, Claude (1964) El pensamiento salvaje. México, Madrid: Fondo de Cultura Económica. Pp. 128-29. Ilustración: Gangel, Metz. Caricatures. Paris: Musée National des Arts et Traditions Populaires, Cat. N08 50-39-2583.

Un modelo prototípico de “alterecología” podría ser el que ofrece Philippe Descola (1992) cuando describe el “animismo” como un modo de relación basado en interacciones horizontales y sociales entre los humanos y su entorno subjetivado. Este modelo se contrapondría a la ecología naturalista, que enfatiza la jerarquización de las especies y la posición privilegiada del ser humano. Mis datos etnográficos sobre Sokorhpa, un territorio Indígena yukpa en el norte de Colombia, sugieren una alterecología complementaria al animismo. Esta alterecología, que denomino ‘ecología intermediada yukpa’, va más allá de la objetivación naturalista y la subjetivación animista de la naturaleza. En lugar de relaciones directas de intercambio o explotación entre humanos y entorno, una serie de mediadores antropomorfos advierten a los yukpa sobre el uso excesivo de los recursos naturales y los exhortan a colaborar en su regeneración.

La agencia de las instancias mediadoras puede entenderse tanto desde el naturalismo como desde el animismo. Desde el naturalismo, se presentan principalmente como instituciones ambientales que supervisan el manejo de la naturaleza. Desde el animismo, aparecen como especialistas, así como amos que representan a sus especies: humanos, animales, plantas o sus subcategorías. En la ecología intermediada yukpa, el papel de mediador es asumido por seres que no se reducen a aspectos subjetivados de la flora y fauna, ni tampoco son humanos en el sentido naturalista de la especie Homo sapiens. Así, emergen sujetos que no encajan en la categoría biológica de especie, y cuya responsabilidad principal es la intermediación entre el ser humano y el medio ambiente. Dos ejemplos centrales de mediadores ecológicos en Sokorhpa son los dueños de los animales de caza, que hoy a menudo son conceptualizados como cazadores fallecidos (que median entre los yukpa y los animales de caza), y el deificado portador de maíz (que media entre los yukpa, el maíz y otros cultivos).

Serranía del Perijá, Sokorhpa, 2016. Fotografía de Chris Schmetz.

Solo en algunos casos se atribuye subjetividad a los propios animales de caza. En la mayoría de ocasiones, durante la caza la atención se dirige hacia sus dueños, llamados yosarh (dueño). Esta asignación de roles también es evidente en las narraciones sobre el origen de los animales de caza, que relatan la de-subjetivación y transformación de los primeros humanos en animales de caza, o su fabricación a partir de materiales provenientes de diferentes árboles. En ambos casos, la actividad dirigida por el dios creador Aponto busca proporcionar alimento para los yukpa. Además, las narraciones indican la designación de un yosarh encargado de regular la caza y sancionar a los cazadores excesivos. Mientras en las narraciones el diablo asume este papel sancionador, en informes actuales de Sokorhpa se trata principalmente de cazadores que, tras su muerte y como castigo por su caza desmedida, son asignados como guardianes de los montes. Los ancianos afirman que anteriormente se apelaba a los yosarh antes de cazar para pedirles presas. Hoy en día, esta práctica es poco común. En su lugar, una caza respetuosa, es decir, tranquila, ordenada y moderada, promete el mayor éxito de caza a largo plazo. Los cazadores que no se adhieren a esto informan sobre encuentros incómodos con los yosarh. En ambos casos, la atención se centra en el respeto (o la falta de él) hacia los yosarh, no en el daño a los animales.

Igual que los animales, el maíz en Sokorhpa carece de un potencial subjetivo propio significativo. En la narración sobre el origen del maíz, el portador de maíz, llamado Unano, presenta diversas formas ontológicas. Entre otras, se identifica con el maíz, lo que otorga a éste una perspectiva subjetiva. La atención, no obstante, se centra en el rol de Unano como proveedor del maíz, así como de instructor en su cultivo y en los rituales correspondientes. Fuera del contexto narrativo, Unano aparece principalmente como un ser divinizado que recuerda la observancia de estas prácticas, la cual reconoce con un rápido crecimiento del maíz, condiciones favorables del tiempo y, en consecuencia, con una cosecha próspera. La falta de observancia, que Unano percibe como una falta de respeto, se sanciona con los efectos contrarios. El ámbito de influencia de Unano se extiende más allá del maíz hacia otras plantas cultivadas y abarca diversos fenómenos meteorológicos, además de incluir componentes de la moral cristiana. Para muchas personas en Sokorhpa, Unano se asimila a Aponto, el creador yukpa, quien hoy día se equipara al dios cristiano, y que convierte a Unano en su hijo Jesús. Al recordar y guiar las prácticas agrícolas y rituales, Unano es respaldado por especialistas yukpa, quienes son considerados sus representantes humanos terrenales y, en cierto sentido, como sus descendientes.

A pesar de sus diferencias, los yosarh y Unano, así como sus formas de intermediación ecológica, presentan importantes similitudes. Ambos representan y regulan ámbitos de la flora y fauna no subjetivadas, sin pertenecer a ellos. Presentan ciertas analogías con el recurso natural que regulan (especialmente Unano), pero su rol de mediadores se centra en sus cualidades antropomórficas y en una cierta continuidad ontológica con los humanos. Eso se debe a que los yosarh son yukpa fallecidos (en Sokorhpa los muertos no se convierten en animales tras morir), y a que Unano se entiende como modelo y antepasado de los especialistas y como el hijo humano de Aponto. Si bien los yosarh y Unano no encajan como especies biológicas, en las ontologías locales se asemejan a humanos. Otra similitud es que, aunque se asemejan a los humanos, son jerárquicamente superiores a ellos. Los yosarh y Unano exhiben rasgos omnipotentes, encarnan autoridad moral y requieren muestras de respeto. En resumen, se evidencia una ecología intermediada en la que mediadores antropomorfos de estatus superior gestionan los recursos naturales.

Sokorhpa es uno de los territorios de los aproximadamente 18,000 Yukpa de la Serranía del Perijá, una zona montañosa en la frontera entre Venezuela y Colombia. Los yukpa son hablantes de una lengua caribe que, al llegar de la Amazonía, se asentaron en el área istmo-colombiana hace más de mil años. Así, no es casual que la noción de una ecología intermediada por seres antropomorfos y superiores a los humanos coincida con algunos principios sociocosmológicos identificados para el área istmo-colombiana (Halbmayer 2020; Martínez Mauri y Halbmayer 2020; Niño Vargas y Beckerman 2024). Esto incluye, entre otros, la importancia de los muertos y seres deificados, la superioridad de estos y su continuidad ontológica con los humanos. El carácter antropomórfico y antropocéntrico que emana de eso se refleja en la ecología intermediada, en la cual la conciencia ecológica no se centra en aspectos subjetivados de la flora y fauna, sino en sus representantes antropomorfos.

Referencias

Descola, Philippe. 1992. “Societies of Nature and the Nature of Society.” In Conceptualizing Society, edited by Adam Kuper, 107–26. London: Routledge.

Halbmayer, Ernst. 2020. “Introduction: Toward an Anthropological Understanding of the Area Between the Andes, Mesoamerica, and the Amazon.” In Amerindian Socio-Cosmologies Between the Andes, Amazonia and Mesoamerica: Toward an Anthropological Understanding of the Isthmo-Colombian Area, edited by Ernst Halbmayer, 3–33. London: Routledge.

Martínez Mauri, Mònica, y Ernst Halbmayer. 2020. “Ofrendas, Intercambios Y Otros Modos De Relación en Las Socio-cosmologías Indígenas Contemporáneas Del Área Istmo-colombiana”. Tabula Rasa 36: 19–44.

Niño Vargas, Juan Camilo, y Stephen Beckerman. 2024. “Universo Chibcha, Universos Chibchas. Introducción a La Unidad Y La Diversidad Del Área Istmocolombiana” En Universos Chibchas. Nuevas Aproximaciones a La Unidad Y La Diversidad Humana Del Área Istmocolombiana, editado por Juan Camilo Niño Vargas y Stephen Beckerman, 7–70. Bogotá: Ediciones Uniandes.