When Flowers Turned to Blood / Cuando las flores se volvieron sangre
From the Series: #SOSColombia: Dispatches and Reflections from El Paro Nacional / #SOSColombia: Comunicados y reflexiones desde el paro nacional
From the Series: #SOSColombia: Dispatches and Reflections from El Paro Nacional / #SOSColombia: Comunicados y reflexiones desde el paro nacional
Translated by Giselle Figueroa and the Laboratorio de Antropología Abierta
I wonder how we are still living in Cali. How we exist in the midst of so much tragedy. I’m an anthropologist and college professor of film studies living in the capital of the Valle del Cauca region in Colombia. Some friends suggest that we should have emotional intelligence, that we do not let the images of state brutality affect us, that we sleep peacefully among the bullets, that we create meditation bubbles while the helicopters pass by, that we teach without mentioning the subject, because what’s the point?
We, in Cali, are living in the midst of misfortune, of a deep darkness. We are exhausted. Some have become sick, we have even lost weight from so much crying, from so much listening, from not sleeping. We cannot leave: our work and home are here. I am far away from my family and my mother’s healing embrace.
What a disgrace. I’ve had to be stronger for my son, who asked me on Mother’s Day if the neighbors were going to turn us into flowers of blood, the same day he told me that his stomach hurt. Now I try not to share, not to talk, not to look, not to go out. We have felt the war in the place known as the branch of heaven, where the rivers have now turned into a place of fear, of terror.
The state’s forces have perverted and profaned this paradise of sweetness. A place recognized for being a “good place to live,” is now the scene of the worst revenge of a bad government. When everything is over, how will we pick up the pieces of this beautiful city? How will we heal the deep wounds? We have the truth in our hands and it hurts us to the core. I don't even know what else to say about what is happening; it is a phantasmagoric and even schizophrenic reality. This is simply deafening, what more does the state need to stop the barbarism and give us a welfare state? Are they so afraid of the demand for dignity?
Yo me pregunto cómo seguimos viviendo en Cali. Cómo existimos en medio de tanta tragedia. Soy una antropóloga, y profesora en la carrera de cine viviendo en la capital del Valle del Cauca. Algunos amigos recomiendan inteligencia emocional, que no dejemos que nos acaben las imágenes sobre la brutalidad del Estado, que durmamos tranquilos entre las balas, que hagamos burbujas de meditación mientras pasan los helicópteros, que demos clase sin tocar el tema, porque para qué.
Nosotros, en Cali, habitamos en medio de la desdicha, así es, de una profunda oscuridad. Nos agotamos. Algunos se enferman, hasta hemos bajado de peso, de tanto llorar, de tanto escuchar, de no dormir. No podemos irnos, aquí está nuestro trabajo, nuestra casa. Yo estoy lejos de mi familia y del abrazo sanador de mi madre.
Qué fatalidad. He tenido que ser más fuerte por mi hijo, que me preguntó el día de la madre que si los vecinos nos iban a convertir en flores de sangre, el mismo día que me dijo que le dolía el estómago. Ahora intento, no compartir, no hablar, no mirar, no salir. Hemos sentido la guerra en el lugar conocido como la sucursal del cielo, han vuelto los ríos en un lugar de miedo, de terror.
Las fuerzas del estado han pervertido y profanado este paraíso de dulzura. Un lugar reconocido "por ser un buen vividero" ahora es la escena de las peores revanchas de un mal gobierno. Cuando todo pase ¿cómo recoger los pedazos de esta hermosa ciudad? ¿cómo sanar las profundas heridas? tenemos la verdad en las manos y nos duele hasta la entraña. Yo ya ni se qué más decir sobre lo que pasa, es una realidad fantasmagórica y hasta esquizofrénica. Esto es simplemente ensordecedor. ¿Qué más necesita el estado para parar la barbarie y entregarnos el Estado Social de Derecho? ¿tan acojonados están por la reivindicación de la dignidad?